La Tecnología puntera de EBI luce en los “Arcos Rojos” del Museo Guggenheim

La Tecnología puntera de EBI luce en los “Arcos Rojos” del Museo Guggenheim

EBI Efficient Facilities, acaba de finalizar la obra de renovación de los “Arcos Rojos / Arku Gorriak” del Museo Guggenheim situados sobre el bilbaíno Puente La Salve, una década después de que fueran creados por el artista conceptual francés Daniel Buren.

Esta escultura fue construida en 2007; EBI fue en su día la encargada de su realización y, ahora, nuevamente le ha sido confiado el proyecto de rehabilitación. El trabajo ha sido agradecido por el propio Buren, quien ha reconocido encontrarse “muy orgulloso del resultado: Es realmente impresionante, sigue siendo la misma obra y, sin embargo es otra a su vez.”

Tecnología puntera EBI: 7.000 leds y sus “Controladores DMX”

La superficie de la estructura es de color rojo, mientras que los bordes exteriores e interiores de los arcos están cubiertos por bandas verticales que alternan el negro y el blanco. Estos bordes están fabricados en un material translúcido que, por la noche, permite visualizar diferentes series de juegos de luz verticales que entablan un diálogo con los vehículos que discurren por la calzada del Puente.

En esta nueva actualización de la obra, los principales objetivos han sido:
– Mejora de las comunicaciones
– Mejoras del rendimiento con leds de nueva generación
– Actualización de hardware y software
– Mantenimiento de instalación más flexible
– Gestión remota a través de fibra óptica
– …

Daniel BurenEl sistema de iluminación utilizado en la obra es conocido como DMX (Digital MultipleX), un protocolo electrónico utilizado en el sector para el control de la iluminación de espectáculos, permitiendo la comunicación entre los equipos de control de luces y las propias fuentes de luz; quizá el principal reto de EBI no fuera sólo resolver las necesidades iniciales de la obra, sino también asesorar a Buren en la mejor adaptación y aplicación de las posibilidades que ofrecen estas tecnologías.

Los efectos visuales son estáticos y dinámicos; entre las 10 y las 12 de la noche, a las horas en punto, se produce un show de iluminación que dura once minutos y genera espectaculares reflejos tanto en la superficie de Titanio del Museo, como sobre las aguas de la Ría y su entorno natural y urbano.

Para el equipo profesional de EBI, estos cuatro meses de obra de rehabilitación han supuesto un gran esfuerzo: “Se trata de un proyecto muy singular, una obra de arte cuyo resultado final ha de ser rigurosamente fiel a las ideas y diseños realizados por el artista”.

El proceso de trabajos ha necesitado de hasta una treintena de personas con diferentes especialidades como electrónica, ingeniería, carpintería, metalistería,.. Las adversidades también han querido estar presentes, pues han debido operar a gran altura y en condiciones adversas de viento, el frío o la lluvia. Complicaciones que no obstante han merecido la pena y que hoy permiten que la obra sea un referente de gran relevancia para su entorno y para la propia ciudad de Bilbao.

 

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